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quinta-feira, 22 de fevereiro de 2024

Lula, un enano moral

El enanismo, en el sentido médico de la palabra, es un trastorno genético caracterizado por un crecimiento corporal anormalmente bajo en relación con el promedio de la población. Sin embargo, existe una dimensión simbólica en la figura del enano. “El enano”, novela del escritor sueco Pär Lagerkvist, premio Nobel de Literatura en 1951, retrata la corte del príncipe Lorenzo de Medici, durante el Renacimiento, desde el punto de vista de Picolino, un enano de corte que posee una poderosa inteligencia y un gran poder de observación respecto de las intrigas, traiciones y crímenes de su época. En la historia de Blancanieves, popularizada por los hermanos Grimm a principios del siglo XIX, los siete enanitos pueden verse como representaciones simbólicas tanto de las siete virtudes cristianas (humildad, generosidad, castidad, paciencia, templanza, caridad, diligencia) como de la siete pecados capitales (orgullo, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza). La baja estatura de los enanos significa que los pecados y vicios de los enanos no crecieron en sus almas; el bien que hacen significa que sus virtudes se han ampliado a través de la comunión de propósitos. Por eso a todos los niños les encantan los siete enanitos.

Pero hay casos en los que la figura del enano tiene un significado inequívoco asociado al mal. En 2014, hace exactamente diez años, el gobierno de Dilma criticó la reacción de Israel ante los actos terroristas de Hamás. Para colmo, el presidente del PT llamó al embajador brasileño en Tel Aviv en Brasil, en un claro gesto de hostilidad hacia la nación israelí. En ese momento, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, Yigal Palmor, reaccionó enérgicamente: “La decisión del gobierno brasileño no refleja el nivel de las relaciones entre los países e ignora el derecho de Israel a defenderse. Es una lamentable demostración de cómo Brasil, un gigante económico y cultural, sigue siendo un enano diplomático”.

A partir de ese episodio, la expresión enano diplomático comenzó a utilizarse para definir la política exterior del PT y de la izquierda brasileña en su conjunto. Pasó el tiempo, pero la izquierda no olvidó aquella dura humillación internacional. Como siempre digo: los comunistas nunca perdonan. Ahora, una década después, Lula ha decidido volver a su antiguo papel de amigo de dictadores y justificador de terroristas. Pero, después de todo, aumentó la profundidad y gravedad de la ofensa al relacionar las reacciones de Israel ante el exterminio de los judíos por parte de Hitler.

Con su discurso rencoroso pero muy claro, Lula volvió a demostrar que era mucho más que un enano diplomático. El ocupante de la Presidencia de la República es un enano moral con complejo de gigantismo. Sólo un alma pequeña sería capaz de ofender la memoria de 6 millones de judíos exterminados por Hitler comparando el Holocausto con una reacción legítima contra la mayor matanza de judíos... desde el Holocausto. Sólo una mínima conciencia moral puede pasar por alto que Hamás utiliza a la población civil de Gaza como escudo humano en hospitales, escuelas y zonas residenciales. Sólo el poseedor de un nanocarácter podría exponer a toda la población de su país a la vergüenza y al ridículo internacional. Sólo un microbio moral puede transformar un servicio diplomático con una tradición de neutralidad y diálogo en una especie de matón de matones chinos y rusos.

El enanismo de Lula es un desorden moral, una enfermedad del espíritu y de la inteligencia cuyo principal síntoma es la inversión de la realidad. Persona non grata para millones de brasileños, llevados al poder mediante un golpe revolucionario, se debe impedir, por medios legítimos y pacíficos, que el enano moral continúe con su gigantesca estupidez.

— Paulo Briguet es escritor y editor jefe de BSM (Brasil Sem Medo)

Enlace para acceder al informe, en original: https://brasilsemmedo.com/lula-um-anao-moral/

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