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Bartolomé de las Casas, mal llamado apóstol de los indios |
La mediocre obra de fray Bartolomé de las Casas “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” (1552), tuvo su éxito no por la calidad de su contenido sino porque fue utilizada por los conspiradores protestantes que pretendían demonizar la gesta española en el Imperio, así como demoler la Iglesia Católica.
Lo peor de todo es que aún en la actualidad, pese a haberse demostrado la iniquidad de sus palabras y la falsedad de sus argumentos, se sigue utilizando y es referencia para escritores vulgares, que solo consiguen alcanzar el ridículo más espantoso, así como sus difusores, que no se despeinan en apoyarse en sus locuras y otros lo consienten bajo la bandera del respeto a la opinión, aunque sea falsa.
El padre de Bartolomé acompañó a Colón en su segundo viaje a las Indias occidentales; allí prosperó en negocios de plantaciones teniendo esclavos indios que trabajaban para él. Bartolomé, nacido en Sevilla, estudió en la Universidad de Salamanca y se desplazó a la hacienda de su padre a fin de disfrutar de sus comodidades.
Convertido al catolicismo se integró como sacerdote en la Orden de Santo Domingo. Comenzó su andadura de exageración patológica, que nadie creía pero que fue utilizada por Guillermo de Orange, imprimiendo en varios idiomas ese libelo que llegó a sus manos y que sirvió de sustento para su maliciosa difusión de la leyenda negra.
Todo ello acompañado de ilustraciones perversas a cargo de otro demente llamado Theodor de Bry, quien como grabador y escritor de libros de ocultismo, protestante por supuesto, se dispuso a crear innumerables obras gráficas en las que se destacaban las torturas y saqueos de los españoles en las Indias occidentales. El auge de la imprenta fue esencial para esta campaña diabólica, tanto de uno como otro.
Una perla extraída de la obra de Guillermo de Orange en su “Apología”: “Ya no me extrañará más lo que todo el mundo cree, a saber, que la mayoría de españoles y en particular los que se consideran aristócratas son de raza de los moros y judíos.”
Todo ello, acompañado de las ilustraciones surgidas de una mente pervertida como fue la de Bry, quien no había pisado jamás las Indias, por lo que sus postales no eran más que producto de su enferma mente, así como de los relatos extraídos de Bartolomé de las Casas.
Volviendo a Bartolomé de las Casas, se han hecho estudios minuciosos tumbando completamente las cifras de indios asesinados por los españoles; es decir, si se parte de sus cifras no hubiera quedado nadie en aquellas tierras, sumado que nunca especifica ni señala al autor de esos “crímenes”, sino que indica que fueron los españoles, en general, sin más. Su odio exacerbado iba dirigido hacia España y los españoles de una manera atroz. Relata verdaderas barbaridades que rebasan el sentido común de cualquier persona y lo expresa apelando a su propia vivencia personal, se declara testigo de todos y cada uno de los hechos, siendo que abarcaban un gran espacio geográfico resulta imposible. Sus invenciones son producto del odio y de un problema mental. Fue un impostor.
No se dedicó a la evangelización, no se preocupó de enseñar el evangelio a los nativos, era muy despreciado por sus propios compañeros, debido a su arrogancia y exageración en todo lo que decía, su comportamiento bipolar…Por otra parte, su sentido de defensa de los indios no alcanzaba a los negros, de quienes decía que habían nacido para ser esclavos.
Este es el personaje en el que se apoyaron los herejes protestantes y los que se dedicaron a difundir la leyenda negra; incluso en la actualidad sigue viva su estela enfermiza.
España, Luz de Trento
Fuente:
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